1. salmo 145
(LBLA)
Te exaltaré mi Dios, oh Rey,
Y bendeciré Tu nombre eternamente y para siempre.
Todos los días Te bendeciré,
Y alabaré Tu nombre eternamente y para siempre.
Grande es el Señor, y digno de ser alabado en gran manera,
Y Su grandeza es inescrutable.
Una generación alabará Tus obras a otra generación,
Y anunciará Tus hechos poderosos.
En el glorioso esplendor de Tu majestad,
Y en Tus obras maravillosas meditaré.
Los hombres hablarán del poder de Tus hechos portentosos,
Y yo contaré Tu grandeza.
Ellos proclamarán con entusiasmo la memoria de Tu mucha bondad,
Y cantarán con gozo de Tu justicia.
Clemente y compasivo es el Señor,
Lento para la ira y grande en misericordia.
El Señor es bueno para con todos,
Y su compasión, sobre todas Sus obras.
Señor, Tus obras todas Te darán gracias,
Y Tus santos Te bendecirán.
La gloria de Tu reino dirán,
Y hablarán de Tu poder,
Para dar a conocer a los hijos de los hombres Tus hechos poderosos
Y la gloria de la majestad de Tu reino.
Tu reino es reino por todos los siglos,
Y Tu dominio permanece por todas las generaciones.
El Señor sostiene a todos los que caen,
Y levanta a todos los oprimidos.
A Ti miran los ojos de todos,
Y a su tiempo Tú les das su alimento.
Abres Tu mano,
Y sacias el deseo de todo ser viviente.
Justo es el Señor en todos Sus caminos,
Y bondadoso en todos Sus hechos.
El Señor está cerca de todos los que Lo invocan,
De todos los que Lo invocan en verdad.
Cumplirá el deseo de los que Le temen,
También escuchará su clamor y los salvará.
El Señor guarda a todos los que Lo aman,
Pero a todos los impíos destruirá.
Mi boca proclamará la alabanza del Señor;
Y toda carne (toda la humanidad) bendecirá Su santo nombre eternamente y para siempre.
|
2. salmo 124
(LBLA)
De no haber estado Jehová por nosotros,
diga ahora Israel,
de no haber estado Jehová por nosotros,
cuando los hombres se levantaron contra nosotros,
vivos nos habrían tragado entonces,
cuando contra nosotros se encendió su furor.
Entonces nos habrían inundado las aguas;
hubiera pasado el torrente sobre nuestra alma;
hubieran entonces pasado sobre nuestra alma
las aguas impetuosas.
¡Bendito sea Jehová,
que no nos dio por presa a los dientes de ellos!
Nuestra alma escapó cual ave
del lazo de los cazadores;
se rompió el lazo y escapamos nosotros.
Nuestro socorro está en el nombre de Jehová,
que hizo el cielo y la tierra.
|